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REVISTA SINARQUÍA - Mexicanidad y Democracia

Aportación del Sinarquismo ( Publicado en Reforma)

Destacan aportación de los sinarquistas Reforma, Cultura, 20.febrero.2003   Documentan apoyo durante el cardenismo. Jean Meyer investiga la contribución del movimiento a la estabilidad del País, tras 20 años de conflicto religioso. "La influencia de sectores de derecha en la Iglesia Católica sobre el PAN es preocupante, lo digo como ciudadano comprometido que no comparte esa ideología" Jean Meyer, historiador.   Por MARÍA EUGENIA SEVILLA
GRUPO REFORMA
  

Contrario al origen oscuro del sinarquismo, que atribuyó la prensa de la época a promotores nazis y fascistas, el movimiento surgido en México entre 1937 y 1947 fue una iniciativa católica no violenta que contribuyó a la pacificación religiosa del país, considera el historiador de origen francés Jean Meyer.

En El sinarquismo, el cardenismo y la iglesia, su más reciente publicación, Meyer denuncia la intervención del clero en la política cardenista, con lo cual logró estabilizar su situación frente al Gobierno después de 20 años de conflicto religioso. Pero tras lograr el clima de paz, la Iglesia misma "escabechó" al movimiento que lidereó Salvador Abascal, hasta 1941.

La obra da continuidad al estudio titulado El sinarquismo: ¿un fascismo mexicano? que Meyer publicó hace 25 años, en el cual, dice, "no me había dado cuenta del papel tan decisivo que había tenido la Iglesia Católica al usar el sinarquismo para sus fines políticos".

El sinarquismo fue un movimiento de masas, católico y ultranacionalista, que no buscó la conquista del poder, explica el autor de Yo, el francés. Su militancia sumó medio millón de campesinos y ciudadanos pobres de provincia.

"El movimiento se definía en contra de los partidos políticos y las elecciones, por considerar que dividían a la población. Planteaba que todos los males de México provenían de Estados Unidos, país protestante y capitalista, que quería apoderarse del país, para lo cual buscaba el derrocamiento de la Iglesia Católica, que era el baluarte de la resistencia cultural de México".

"El movimiento se montó en este sentimiento de la población, cansada tras 20 años de soportar un conflicto religioso que aún no terminaba en 1934, cuando Lázaro Cárdenas llegó a la Presidencia con la mayoría de los templos cerrados y apenas 500 curas para un país de 20 millones de habitantes".

De acuerdo con Meyer, Cárdenas buscaba concluir la obra de la Revolución Mexicana con la Reforma Agraria y la nacionalización del petróleo, y buscó la pacificación religiosa con un acercamiento a la Iglesia Católica en 1938, utilizando el sinarquismo para acelerar la conclusión del armisticio. A su vez, la lglesia "empujó" a Cárdenas al centro, "posición que quedó patente cuando escogió como candidato sucesor al centrista y católico Manuel Avila Camacho, en vez de su compadre, el anticlerical Francisco Mújica".

Una vez que el clero se percató de que el sinarquismo ya no le era necesario, cesó su apoyo al movimiento, que por el contrario, podía radicalizarse. Esto sucedió cuando Pearl Harbor sufrió el ataque de los japoneses en 1941, y comenzó a correr el rumor de que los sinarquistas, antiyanquis, podían servir de caldo de cultivo para que los nazis alemanes reclutaran agentes.

"En ese momento, la Iglesia escabechó al movimiento, para tranquilizar el ambiente. Salvador Abascal documenta este episodio en que el Arzobispo de México, Luis María Martínez, le pide que deje el movimiento".

Actualmente, el sinarquismo es un capítulo cerrado, asevera Meyer, quien advierte que su libro no fue escrito con un fin coyuntural, ya que lo terminó en el año 2000 e ignoraba que el Partido Acción Nacional ganaría las elecciones presidenciales.

El experto observa que la Iglesia tiene una mayor influencia a través de funcionarios que simpatizan con órdenes católicas de corte conservador, como el secretario del Trabajo, Carlos Abascal, hijo de quien fue el líder sinarquista Salvador Abascal.

"Los Legionarios de Cristo buscan escalar posiciones. La influencia de sectores de derecha en la Iglesia Católica sobre el PAN es preocupante, lo digo como ciudadano comprometido que no comparte esa ideología, ya que para la historia, no es más que parte de la lucha".

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