La Red de Economía Alternativa y Solidaria de La Rioja (REAS-La Rioja) propone un cambio profundo y renovador en el modelo económico actual.
Apuesta, dicen sus promotores, por un sistema «más humano» en el que la economía se conciba como una herramienta al servicio de la sociedad. En resumidas cuentas, el objetivo es la divulgación de un marco alternativo en el que la persona prime sobre el dinero y la especulación.
La red será constituida en las próximas semanas. Agrupará a diversas organizaciones y entidades que operan en La Rioja, entre las que figuran la Asociación Misionera Salvatoriana para Latinoamérica, Economía Solidaria, El Colletero y El Trastero. También la fundación Cáritas Chavicar y las organizaciones no gubernamentales (ONG) para el desarrollo Proclade y Sodepaz, que gestiona la Tienda de la Solidaridad situada en el centro de Logroño.
Quedará integrada en la Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria, una plataforma de carácter nacional compuesta por 215 organizaciones y más de 9.200 personas. Su objetivo fundamental es la creación de estructuras económicas solidarias como medio para conseguir unas condiciones dignas para todas las personas. Las actividades que promueve reportan unos ingresos anuales superiores a los 170 millones de euros.
Una definición
¿Qué es la economía solidaria? Los promotores de REAS-La Rioja precisan que supone un enfoque de la actividad económica «que tiene en cuenta a las personas, el medio ambiente y el desarrollo sostenible como referencia prioritaria y por encima de otros intereses». En este marco, explican, la eficiencia económica «no se determina por los beneficios materiales de una iniciativa, sino que se define en función de la calidad de vida y la felicidad de todos sus miembros».
Los datos que la red nacional maneja son escalofriantes. Unas 250 personas poseen en la actualidad tanta riqueza como el resto del mundo. El 99 por ciento de las transacciones económicas diarias son especulativas. Mil millones de personas pasan hambre todos los días. Las promesas gubernamentales sobre la reducción de esta trágica cifra para 2015 parecen haber quedado en 'agua de borrajas'.
En opinión de los impulsores de REAS-La Rioja, urge «un cambio de mentalidad». La crisis económica que azota en la actualidad a medio mundo, dicen, supone la confirmación de la ineficacia del sistema económico vigente. La plataforma riojana supone un primer paso: permitirá a todas las organizaciones que se adhieran a la red intercambiar información sobre proyectos y servicios solidarios, también cooperar en la difusión de una economía alternativa que gana adeptos poco a poco.
Los pequeños proyectos avanzan hacia la utopía
A primera vista, el planteamiento de un sistema económico alternativa parece una utopía. Sin embargo, abundan los pequeños proyectos que, paulatinamente, materializan lo imposible. Sin ir más lejos, las organizaciones que integran la Red de Economía Alternativa y Solidaria de La Rioja (REAS-La Rioja) suponen una buena prueba. Tres ejemplos.
La asociación Economía Solidaria Riojana financia desde hace años iniciativas empresariales y culturales de emprendedores que no cuentan con los recursos económicos necesarios. El apoyo no depende de un intrincado cálculo de intereses, sino de la confianza depositada en el promotor.
En la actualidad, impulsa doce proyectos, entre los que figura la constitución de un grupo teatral, la apertura de un restaurante y la adquisición de maquinaria para diversos profesionales. El pasado 30 de diciembre, actuó el jovencísimo pianista Diego Andrés Ramírez en la sala logroñesa Gonzalo de Berceo. Hace años que la asociación impulsa su prometedora carrera artística.
La organización Sodepaz gestiona la Tienda de la Solidaridad, ubicada en la calle Portales. Este establecimiento es la referencia logroñesa del 'comercio justo', iniciativa social que postula una relación comercial voluntaria y justa entre productores y consumidores de todo el mundo.
Los promotores de REAS-La Rioja destacan entre sus objetivos prioritarios el fomento de la denominada banca ética. Esta se distingue de la convencional por el carácter social de los proyectos que financia y la transparencia que caracteriza su actividad.
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